27 febrero 2014

Mis antiguas revistas francesas

 

Tengo pendiente un post sobre mi estancia en París en el año 1991, pero necesito escanear algunas fotos y últimamente no tengo mucho tiempo libre.  Al hilo de aquella experiencia de seis meses en nuestro país vecino, os muestro hoy unas revistas que compré por aquel entonces y que sigo conservando con el mismo cariño con el que las adquirí.


Es curioso que aquí nunca me dio por adquirir este tipo de revistas, pero allí un día compré una y de pronto todo un mundo sofisticado y exquisito se abrió ante mí, aunque su precio de 15 francos era bastante elevado para una "au-pair" de 21 años que sobrevivía a base de la propina/sueldo que le daban.

 

La sección gourmet me hacía abrir los ojos como platos.  Fotos como ésta eran auténtica poesía para los sentidos.  En aquellos momentos de "carencias" gastronómicas, hubiese dado cualquier cosa por que ese bodegón se convirtiese en realidad, a pesar de su carga de colesterol.  A esa edad ¿qué es eso?


Aunque con un pollo asado tan doradito y crujiente como este también me hubiese conformado, con sus champiñones y esos cubiertos tan bonitos, con la vela, las hierbas aromáticas adornándolo todo, y ese queso fundido arriba a la derecha...


Las selecciones de menaje del hogar era una de mis favoritas.  Todos estos objetos iban mucho en la línea del estilo que me gusta para mi casa.


Sin ser consciente de ello, estaba siendo testigo del inicio de los años 90.  Objetos cotidianos de los 80, se mostraban en este "revival" como algo curioso.


Los años 70 sirvieron a su vez de inspiración para algunas colecciones, si no, mirad esta sección tan "Twiggy" ¿no os parece?


Por aquel entonces hubo un boom de modelos, entre ellas una de mis favoritas era Linda Evangelista (a la izquierda), siempre con la misma frescura y naturalidad. 


Otras eran desconocidas, como esta chica de la imagen superior.  Me fascinaba su peinado y la expresión de su cara.  Era el anuncio de una importante cadena de peluquerías parisinas. 


Luego estaban las secciones de cosmética, para hacerte creer que con cuatro potingues podías llegar a ser la mujer "ideal" que ellos mismos te estaban vendiendo.  Después de muchos años una se da cuenta de que esas cosas pueden ayudar a sentirte bien, pero que todo debe salir del interior.


Nunca he sido una apasionada de la moda, pero algunos reportajes conseguían atrapar mi atención.  ¿No es maravilloso ese jersey jaspeado con ribetes en rojo? 


Esta imagen me cautivó totalmente en su momento (y ahora también).  Me inspiraba glamour, elegancia, nostalgia,... La miraba una y otra vez, y hacía cuentas sobre las sombras y lápices de ojos que tendría que comprar para conseguir un maquillaje así.  También me "obligó" a ahorrar para una buena camisa blanca y unos ceñidos guantes de piel negros jajajaj...  (cosas de los veinte años...)


Estas dos imágenes también eran unas de mis favoritas.  Un toque dandi en medio de lo que parecía un jardín otoñal y romántico, con esa luz reflejada en las hojas... Para mí esto era el no va más de la sofisticación, teniendo en cuenta que los vestidos o faldas nunca han sido mis preferidos.


O el estilo marinero que nunca pasa de moda, y que esta primavera nos llega otra vez, con las rayas y demás (¿puedes imaginar hoy en día una modelo fumando en una sesión de fotos? En aquel momento era totalmente "chic").



También me gustaban estas revistas porque había reportajes interesantes, que me obligaban a usar el diccionario constantemente.  Gracias a ellos aprendí más vocabulario.  Lo mismo hablaban del Hotel Ritz de París con todo el lujo que le rodea...,



... que de la situación de los hijos de madres presas, que nacían y vivían en la cárcel.  Creo que por aquel entonces ya disfrutaba "analizando" fotos, como la de esta niña nacida en una cárcel francesa.  Parece rodearle un halo de luz que la inmuniza de la situación que le ha tocado vivir.  ¿Qué habrá sido de ella?

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Alguna vez he vuelto a comprar alguna revista de este tipo, pero ya no despiertan en mí la misma curiosidad, ni abren mi mente hacia mundos de ensueño como en aquel momento.  Quizás he llegado a una edad en la que la máxima sofisticación es poder trabajar de vez en cuando, rezar para que mi marido conserve el suyo, vigilar los pasos que va dando el peque por el mundo, y tomar una cerveza con mis amigas cuando conseguimos quedar.  Lo demás, creo que es puro marketing, un mercado de ilusiones que nos obliga a comprar cosas que nos hagan volver a los veinte años pero teniendo cuarenta.  Cuando quiera eso, volveré a ojear mis viejas revistas, como hice ayer, como llevo haciendo veintitrés años.
Un fuerte abrazo.

23 febrero 2014

8/52

 





Sin darnos cuenta hemos superado la semana nº 8 del reto.  Estos siete días han transcurrido con tranquilidad, entre labores domésticas, preparación de comidas y alguna visita médica sin importancia. También hubo tentaciones a un euro, una visita a casa de la abuelita, juegos con los primos y un inesperado cielo azul acompañado de 14º ayer por la mañana.  No está mal para esta penúltima semana de un febrero que poco a poco va llegando a su fin.
Que tengáis un buen comienzo de semana. Un abrazo.

19 febrero 2014

Paseando bajo la lluvia




 

 
 


Unas botas y unos guantes de piel resultan imprescindibles para pasear por la ciudad en días como estos.  Me gusta "subir a Pamplona" (como decimos aquí, no importa de dónde vengas) a comer y después de un poco de tertulia en la sobremesa dar un ligero paseo.  Aunque la semana pasada hubo una pequeña tregua en lo referente al tiempo, la tónica general ha sido un ambiente húmedo, gris y frío.  A pesar de la ligera lluvia que nos acompañaba, el sábado después de comer nos acercamos a La Ciudadela, que es un precioso lugar de esparcimiento.  Cuando hace bueno la gente se tumba en la hierba para charlar, descansar o navegar por internet (hay zona wii-fi gratuita), pero cuando llueve o hace frío aquello está desierto.  Había una exposición en la Sala de Armas que no pudimos visitar porque abrían a las 18 h. (¿18 h?), y eran las cinco, así que decidimos volver a casa.  Atravesamos la zona un poco encogidos por el frío, haciendo alguna foto y pensando que será mejor volver en una soleada tarde de primavera, aunque no me disgustan para nada estos días desapacibles: la piedra adquiere un tono diferente, la hierba luce espectacular, no hay nadie por la calle...  Cada estación tiene sus cosas buenas, solo hay que saber encontrarlas.

16 febrero 2014

7/52


1. El Café Iruña de Pamplona: uno de mis lugares favoritos de la ciudad.  Ayer fuimos a comer allí.  Un menú de 13,50 € en pleno centro y en uno de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad, ¿se puede pedir más?  Si venís por aquí de visita, no os lo podéis perder.


2. Me entusiasma que el peque lea a Julio Verne. Reconozco con cierta vergüenza que yo leí un libro suyo por primera vez no hace muchos años.  Fue "20.000 Leguas de viaje submarino", y caí rendida a sus pies. Después continué con todos los libros suyos que había por casa. Este también lo leí y sin duda puedo afirmar que es uno de mis escritores favoritos.


3. Si hay una verdura que me guste, esa es la acelga.  Creo que hay un componente emocional importante, porque mi madre las ponía muchas veces cuando era niña.  Nunca fue un trauma para mí, como para otros niños, sino que acompañadas con su patata y su sofrito de ajicos por todo lo alto, mmmm... no hay un sabor igual.  Es un coñazo limpiarla y cunde poco, pero cuando encuentro unas acelgas tan preciosas, no me puedo resistir a comprarlas (yo la limpio siempre con guantes, para que los dedos no se queden negros).


4. Cada vez que ordeno el cuarto del peque, me detengo en algún juguete.  Este tractor naranja de metal es uno de mis favoritos. Todavía conservo algunos coches de mi infancia, que me gustaban tanto o más que mis muñecas (se me acaba de ocurrir un post, jajaja...). Quise hacerle protagonista por un día, además de recordarme el gran trabajo que realizan los agricultores día a día.


5. Esta semana he encendido velas a menudo, es algo que me apasiona.  No solo es la luz tan hermosa que desprenden, sino la posibilidad de usar diferentes objetos para sostenerlas.  En este caso, uno de los violeteros de alpaca que suelo tener con ramitas secas de lavanda.  ¿No es una combinación maravillosa?

Os envio un fuerte abrazo.  Gracias por estar siempre ahí.
Hasta pronto

14 febrero 2014

Podando mis abelias


Esta semana leí en el blog de Marycot que febrero (en nuestro invierno) es un mes apropiado para la poda.  Según las pautas del calendario lunar que ella sigue, parece que es aconsejable realizarla en luna descendiente, en este caso del 9 al 23, y en concreto para los arbustos con flor los mejores días eran el 10, 11 y 12.  Así que el miércoles me di cuenta de que era mi "última oportunidad", y con toda la pereza del mundo me calcé mis botas de goma, me puse un abrigo viejo, busqué los guantes y las tijeras de podar. Salí al jardín con viento del sur y una temperatura agradable y comencé a podar. (cuando lo que realmente me apetecía era tumbarme un ratico en el sofá)
 

Hace casi diez años que las planté y estoy muy orgullosa de ellas.  Se amoldaron bien a la tierra arcillosa que tenemos por aquí, y han llegado a medir más de dos metros.  Reconozco que soy muy despreocupada en este sentido, las he ido recortando según me venía en gana.  El jardín está bastante mustio, tengo que limpiar las piedritas y colocar bien los listones de madera, pero eso lo dejaré para cuando haga mejor tiempo.


Empecé a animarme con las tijeras y no sé si corté demasiado...  Al finalizar les puse abono y tengo pendiente añadir un poco de compost.  Me gusta dejar que las abelias crezcan libremente, sin darles una forma concreta.  En primavera iremos viendo el resultado. 
¿También podáis en esta época? ¿Preferís que crezcan libres o mantenéis una forma concreta? A pesar de los años transcurridos, me sigo considerando una novata en todo esto.
Un fuerte abrazo. 

11 febrero 2014

Autocomplacencia

Según la RAE : satisfacción por los propios actos o por la propia condición o manera de ser.


En este caso, mi satisfacción el otro día fue vaciar el aparador del salón, limpiar el polvo de las estanterías y pasar un trapo a toda la colección de cachivaches que a lo largo de los años han ido poblando este mueble.  


Hace tiempo que no entro en eBay o sitios parecidos, aunque sí que suelo acercarme a alguna tienda de segunda mano y de vez en cuando compro algo.  Me encanta el aire que desprenden este tipo de objetos, como recuerdos de un pasado remoto, con aroma a naftalina quizás, a casa de abuelos que no conocí y que imaginé, o por qué no, a vidas pasadas.  


Todo lo que tengo son materiales como la alpaca, que la llamaban la plata de los pobres, cristal, algún regalo de boda, y cosas así.  Estos cubiertos por ejemplo los compré en eBay muy baratos.  Estaban casi negros pero los limpié con lana de acero y quedaron geniales.  Me gustan porque son muy fotogénicos.


Estos han sido la última incorporación, y fueron un regalo de mi suegra.  Sabe que me encantan este tipo de objetos y como quiere ir desprendiéndose de algunas cosas pensó, que en nuestra casa estarían "contentos", y ciertamente así ha sido.  Han congeniado bien con el resto de objetos, jajaja....


La colección de tapones de corcho está un poco en "stand by".  Últimamente solo bebemos sidra o alguna botella de vino normalito.  En Navidades recolecté varios corchos, pero creo que hasta que no haya alguna otra celebración, el número de tapones seguirá igual.


Un poquito de autocomplacencia de vez en cuando no viene mal, como todas las cosas, las posiciones extremas no son buenas.  Pero en este caso, además de haber indagado en el significado de esta palabra, he disfrutado tomando las fotos, me he recreado viendo todos estos objetos juntos, y además todo quedó limpio.  ¿Qué más se puede pedir? ¿Quizás tener un blog no implica también un poco de autocomplacencia? Pero de la buena, claro, tan solo una pincelada.  Ahí os dejo la reflexión...
Un fuerte abrazo.

09 febrero 2014

6/52


1. Esta semana tuve reunión con la tutora del peque, y bueno, siempre hay aspectos que mejorar, como por ejemplo tomarse más en serio el tiempo de las tareas.  En septiembre comenzará la secundaria y una base importante es la organización, sin necesidad de que su madre esté todo el día encima de él como un sargento.


2. Los atardeceres están siendo maravillosos.  Una luz dorada preciosa nos envuelve a partir de las cinco y hace que los objetos dentro de casa o las flores en el exterior parezcan más hermosos.


3. Mientras ponía orden en la mesa del salón, encontré un "vale" por un masaje.  En verano el peque se inventó un juego en el que el premio eran unos masajes. Estos por lo menos eran gratis, pero hace un par de años tuvo una temporada en la que nos cobraba 0,50 € por un masaje de 10 minutos en la espalda.


4. Todos los días después de cenar, el peque y yo hemos jugado una partida al Scrabble.  Me ha sorprendido su habilidad para un juego que llevaba guardado en un cajón un par de años seguro.


5. También nos visitó el virus del catarro, así que como los cuidados en este sentido son siempre aliviar los síntomas, hicimos un uso casi adictivo del Vicks Vaporub.  Un día le preparé al peque un baño caliente, para intentar "arrastrar a los virus" por el desagüe.  El aumento en el consumo de pañuelos de papel tambén fue considerable.

Gracias por estar ahí y por vuestros comentarios que me hacen siempre tan feliz.
Un fuerte abrazo.

06 febrero 2014

Estos días iguales


Los días por aquí se van pareciendo unos a otros.  El cielo amanece cubierto y cuando esperas otra jornada triste y gris, de pronto miras hacia arriba y el panorama ha cambiado por completo.  El sol aparece y se cuela por las ventanas de la casa, trayendo con él un bienestar que te hace sentir mejor, aunque al llegar la tarde el cielo se vuelve a cubrir y llega el momento de la lluvia.  ¡Ah, también el viento! Hace dos noches soplaba tanto que no podía dormir, el ruido se colaba por las rejillas del aire y las persianas golpeaban en las guías haciendo un ruido constante e inquietante a la vez.


Esta semana estoy en casa, así que me estoy dedicando más a las labores del hogar.  También en eso los días están siendo iguales.  En cuanto el peque se va a estudiar yo me pongo manos a la obra: hacer las camas, pasar el aspirador, quitar el polvo, salir a hacer algún recado, hacer  la comida, pero reservando siempre una horita para visitar los blogs y enredar un poco con las fotos que voy haciendo durante la semana.


Después de comer, recoger los platos, fregar algunos cacharros y barrer el suelo.   Ayer el sol entraba por la ventana contraria a la cocina y me pareció por un momento estar barriendo oscuridad.  Parece absurdo y seguramente lo es, pero no pude evitar coger la cámara y hacer una foto a mi trocito de luz.


Luego llega el peque y mientras él deja la mochila y se lava las manos, yo le preparo la merienda.  Normalmente son bocadillos de embutido o chocolate, pero ayer le puse una de sus meriendas favoritas, plátano con leche y azúcar (y un poco de canela).  Después mi labor es supervisar que llegue a tiempo a los sitios, que haga sus tareas y que el tiempo de ordenador sea el convenido.


Un virus catarroso ha atacado al peque de lleno, así que llevamos varios días a base de VicksVaporub, tanto en el pecho y la espalda a la hora de acostar, como haciendo inhalaciones, en fin...  El olor de este potingue me recuerda tanto a mi infancia, que siempre me viene a la memoria mi madre, dándome friegas en el pecho y la espalda a la noche, arropándome con las mantas, y yo moviéndolas un poco para que los vapores llegasen hasta mi nariz, justo como estoy haciendo yo ahora con el peque.  ¿No os pasa que se repite la historia con vuestros hijos en muchas ocasiones? Seguro que él también recordará a su madre dándole el potingue ese cuando era pequeño.
En el fondo "estos dias iguales" son los que guardan la esencia de la vida, ¿no os parece? Así que es justo que los valoremos a cada instante: es la vida amigas, esa que pasa tan rápido que no nos damos cuenta.
Os deseo que disfrutéis lo que queda de semana y nos vemos el domingo, en el reto Proyecto 52.
Un fuerte abrazo.

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