30 octubre 2014

Recuerdos



Desde que era niña me ha gustado el último día de octubre.  Hoy en día se nos cuelan calabazas y calaveras anglosajonas y es difícil sustraerse a eso cuando tienes niños en casa, pero en mi infancia, ese día era para mí la víspera de ir con mi madre al cementerio y eso era todo un acontecimiento.  Recuerdo ir con ella de la mano, y siempre llovía.  Mis botas katiuskas (cachuscas las llamábamos) casi formaban parte de mis pies en aquellos años.  Recuerdo cielos plomizos, barro en el suelo y el sonido de los neumáticos en el asfalto mojado.  Y el tacto escalofriante de las piedras enmohecidas, tan bellas.  Recuerdo a mi madre pidiéndome silencio.  Pero no recuerdo flores ni sonrisas.  Seguro que eran momentos tristes para ella.  Ahora soy yo la que va con mi peque de la mano un par de veces al año (como aquí), aunque no suelen coincidir con Todos los Santos.  Nunca me ha gustado ir en masa a los sitios, prefiero la soledad de un día entre semana.  No me importa si el cielo está gris o luce el sol.  Mis recuerdos siempre me acompañan y volver allí es un poco como regresar a la infancia.  Quizás por eso disfrute yendo, es como si mi madre fuese a aparecer en cualquier esquina, cogiéndome de la mano otra vez y pidiéndome silencio. 
Feliz fin de semana amigas.

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P.D. Acabo de preparar el collage correspondiente al mes de octubre.  Si queréis podéis verlo aquí o pinchando en la pestaña de Collages Mensuales.  Espero que os guste.

26 octubre 2014

43/52


Últimamente el ordenador está muy solicitado en casa, así que el post que tenía previsto para el miércoles se convirtió en una especie de traje cosido con alfileres que no llegó a ver la luz.  Pero desde luego aquí estoy en mi cita del domingo, con las cinco fotos del Proyecto 52.  Los días están siendo especialmente luminosos y cálidos y los paseos no están completos si no llevo mi pequeña cámara conmigo.  Las fotos que resumen esta semana hablan de luz, de atardeceres en manga corta, de noches y amaneceres fríos, del sonido del agua en el parque, de una gallina curiosa, de unas canicas aplastadas que se encontró el peque y que dice que se llaman "platillos", de árboles ocres y de montones de uvas rojas que estoy comprando.  El otro día se me ocurrió añadirlas a la ensalada y me encantó la combinación de sabores.
Feliz comienzo de semana amigas.

19 octubre 2014

42/52


Esta semana ha sido como volver al verano por unos días.  El viento del sur nos ha acompañado así que por las mañanas nos hemos despertado con temperaturas muy cálidas, llegando a superar los 25º al mediodía.  El viernes recogí al peque en su "primera salida" al cine con amigos, y todo salió tal y como lo pensé.  A las diez y media llegábamos a casa y después de cenar un poco, nos tumbamos en el sofá a ver la televisión.  Enseguida nuestros ojos comenzaron a cerrarse y decidimos irnos a dormir.  Yo estuve leyendo media hora y cuando apagué la luz, pensé lo maravilloso que era no tener que poner el despertador.  El sábado también fue un día espléndido.  Fuimos a comer a nuestro chino favorito, y después dedicamos la tarde a dar un pequeño paseo, tomar un gin-tonic, comprar chucherías y charlar.  Hoy domingo el peque tenía que estudiar y hacer tareas, así que sr. marido ha querido venir conmigo a pasear un perro de la Protectora.  Hemos estado casi una hora paseando a un viejito llamado "Wiki" que se paraba en cada farola y esquina por las que pasaba.  Ahora sr. marido está preparando la comida y solo pensarlo ya me está entrando el hambre.  Abriremos una botella de vino rosado y pasaremos la tarde del domingo tranquilos en casa.  Espero que vuestro fin de semana haya sido tan estupendo como el nuestro.
Un abrazo amigas, que tengáis una buena semana.

17 octubre 2014

Por fin es viernes




Estos días he tenido algo más de tiempo libre, aunque no por eso he hecho nada del otro mundo.  Me gustaría ser más disciplinada, pero muchas veces las horas van transcurriendo y siento que de 8 h. a 14 h. lo único que hecho es ordenar un poco la casa y preparar la comida, y si por casualidad tengo que salir a hacer algún recado, es como si la mañana estuviese perdida de antemano.  Pero bueno, creo que en casa nadie se queja.  La comida está en el plato, las casa está limpia (aunque pudiera estarlo más, claro), la ropa lavada y planchada, y algunos recados como ir a recoger el nuevo violín del peque, acudir a una reunión del colegio y poner gasolina al coche, ya están tachados de mi lista.  Me quedan muuuuuuuchas otras cosas más, pero no os quiero aburrir.  Son las 12:30 h. y aún tengo que hacer una tortilla de patatas para la cena, preparar la comida, hacer la lista de la compra y pasarme las planchas del pelo, todo eso teniendo en cuenta que dentro de dos horas me voy a trabajar, y cuando salga a las 22 h. tendré que ir a un centro comercial a recoger al peque, que ha quedado con unos amigos para ver una película en lo que se puede considerar su primera salida de pre-adolescente.  Supongo que el parking, a esas horas, estará colapsado de padres y madres en la misma tesitura que yo.  En  mi fabuloso viernes, mi mayor felicidad va a ser llegar a casa a las 22:30 (eso espero), quitarme los zapatos y pensar... por fin es viernes.. en media hora me voy a la cama.  Mañana podré decir síiiii... es sábado.
Feliz fin de semana amigas.

15 octubre 2014

Verde esperanza



El sábado visitamos a mi suegra, que vive en un precioso pueblo guipuzcoano cerca de la frontera francesa.  Con frecuencia la lluvia es la protagonista, pero de repente el cielo se despejó durante unas horas y nos permitió al peque y a mí salir a dar un paseo por los alrededores después de comer.  Nunca deja de maravillarme el verde que me encuentro a cada paso y la frescura del ambiente.  Intentábamos poner nombre a las plantas y a los árboles, veíamos lagartijas que tomaban el sol y se escondían asustadas a nuestro paso, nos paramos en un puente a ver correr el río con su alegre sonido y "cogí prestada" una fabulosa hortensia.  Luego nos sentamos en un bar cercano y el peque pidió un helado y yo una cervecita.  Antes salía disparado hacia los columpios, pero esta vez se quedó sentado conmigo.  Mientras él comía su helado, yo ojeaba un periódico.  Estuvimos hablando del ébola, de la chica contagiada, de su perro sacrificado y de otras cosas más.  Me pica la curiosidad saber su opinión sobre este tipo de cosas, ver hasta qué punto influye lo que ve y oye, y es emocionante sentir cómo su criterio va tomando cuerpo con el paso del tiempo.  Intento no influenciarle con mis comentarios, ni menospreciar lo que dice.  La tarea de ser padres se va complicando con los años y espero estar a la altura.  Nuestro deseo común fue para la chica que sigue luchando por su vida en un hospital de Madrid, eso es lo que realmente importa.  Que dentro de poco pueda abrazar a sus seres queridos y sentir la fuerza que dan esos abrazos. En eso estamos de acuerdo, y creo que es un buen punto de partida.
Feliz día amigas.

12 octubre 2014

41/52


Me he sentido un poco perezosa esta semana.  He trabajado estos días y después de comer y recoger la cocina, no me apetecía hacer gran cosa, salvo lanzarme en plancha en el sofá y pasar los canales de la televisión una y otra vez, mientras se apoderaba de mí una ligera caída de párpados, tan solo interrumpida por el desagradable timbre de la puerta, señal de que el peque llegaba.  El tiempo tampoco nos ha acompañado mucho.  Agua y más agua, en grandes cantidades, aunque no ha hecho frío.  Una tarde fui a la biblioteca a dejar unos libros y compré plátanos y uvas rojas en la frutería.  También limpié mi candelabro y lo coloqué provisionalmente encima de un armario.  Le puse unas velas blancas que espero estrenar en breve; me gusta tanto cómo ha quedado, que cada vez que paso por delante me quedo un rato mirándolo.  Ayer estuvimos en casa de mi suegra y dimos un bonito paseo, una vez cesó la lluvia y se despejó el cielo.  Comimos de maravilla (como siempre), vimos beber leche a un gato y saqué algunas fotos que os enseñaré en otro post, si consigo sacudirme la pereza de encima en esta nueva semana que comienza.
Un abrazo, os deseo una feliz semana ♥

05 octubre 2014

40/52



Casi sin darme cuenta hemos llegado a la semana 40.  Me está gustando mucho este reto, porque además de propiciar la creatividad, me permite recordar las cosas que han sucedido durante esos siete días, como me ocurre con los collages mensuales, pero con más detalle.  Estas son las cinco fotos de la semana:

1. Las hiedras de mis vecinos van cambiando de color poco a poco, y disfruto mucho viendo estos cambios.
2. El sábado por la tarde pasé un rato entretenida preparando unas torrijas con una barra de pan que sobró del día anterior. 
3. Sentir en los pies los primeros rayos de sol de este cálido otoño, aún, es maravilloso.
4. En quince días el peque ha perdido dos muelas, otra señal más del paso del tiempo.
5. Mi última compra en eBay.  Siempre que me pongo a mirar en la sección "Arte y antigüedades" caigo en la tentación de algún objeto.  En este caso un precioso candelabro de cinco brazos que está a la espera de un buen lavado de cara.

Feliz comienzo de semana amigas.

01 octubre 2014

Buscando un poema

Ayer sentí la necesidad de salir de casa temprano, respirar aire fresco y echar a andar a buen ritmo hasta sentir desperezarse el corazón.  Aproveché que el peque se va a las 7:25 h. para acompañarle unos metros hasta su parada de autobús.  Luego seguí una ruta sin rumbo.  No había amanecido del todo y detrás de las persianas bajadas que veía a mi paso, imaginaba gente que acababa de levantarse o que desayunaba en la cocina.  Las calles se veían vacías, a excepción de algún vecino que sacaba a su perro a pasear antes de irse al trabajo o algún coche que ponía en marcha el motor.  Seguí andando diez, veinte, treinta minutos, y el cielo comenzó a clarear.  Di media vuelta y volví a casa.  La actividad en las calles era mayor, algunos grupos de adolescentes con caras adormiladas se dirigían al instituto y se notaba un mayor movimiento de coches.  Cogí unas flores amarillas, descubrí unos árboles con montones de frutos rojos caídos en el suelo y me fijé en una casa abandonada, algo que me hizo pensar cómo estaría por dentro en este momento.  Por la tarde me relajé, preparé la merienda al peque, fui a la biblioteca (encontré un libro que estaba en mi lista, bieeeeeen....), rescaté una fotocopia de un plano de Versalles a finales del XVIII que quiero enmarcar y me preparé un batido de frutas.  Entonces, no sé por qué, me di cuenta de que cierta melancolía me había estado invadiendo durante todo el día.  Así pues, sentí la necesidad de encontrar un poema que llenase ese pequeño vacío en mi alma.  Busqué y busqué en internet, y después de descartar a Neruda, Jiménez y Lorca, me encontré con un delicioso poema de Octavio Paz, titulado "Otoño" con el que me sentí plenamente identificada en ese momento y que dice así:

En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!

Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...

Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.

 Feliz miércoles amigas.

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